lunes, 22 de noviembre de 2010

Me angustia ir de compras

Me quedan unos cuantos dias de vacaciones y hoy he gastado uno de ellos. Necesitaba comprarme unas zapatillas y dependiendo de lo que viera por ahi algo mas podia caer.

Llevaba mentalizandome unos cuantos dias, el dia, lunes, el mejor para ir a un centro comercial. La mentalizacion previa no me sirvio por la mañana, una fuerza poderosa y misteriosa no me permitió  levantarme de la cama hasta las diez, tras esto, en pijama y batin, asomado a la ventana y con un cafe con leche calentito en las manos observe que la gente iba muy abrigada por la calle, asi que me autoconvenci de ir despues de comer, haria el mismo frio pero habria menos gente.

Soy de ir a comprar ropa al Kiabi (es mi blog y publicito lo que me da la gana), despues de comer me acerque con el coche al centro comercial, entre en el Kiabi, pasee entre bastidores de ropa, volvi al punto de partida, me adentre en otro pasillo, levante multitud de etiquetas para ver tallas y precios, podrian dejar las etiquetas con el precio mirando al exterior, la de trabajo que me habria ahorrado, otro pasillo y otro, y otro, juraria que este jersey lo vi hace veinte minutos, un deja vu constante. Tres cuartos de hora para una camisa, un forro polar y un cinturon. Casi podria haber intimado con la dependienta de los probadores, la de veces que nos vimos esta tarde.

Sigo sin zapatillas, al lado del Kiabi hay una zapateria de tamaño industrial, estoy en racha consumista compulsiva y entro en la tienda. Las estanterias no podian ser mas largas, la circunferencia de la tierra no permite alargarlas mas, es lo que tiene la fisica. A un lado calzado de mujer, al otro de hombre, bien, al menos me limitan la busqueda de mis zapatillas a la mitad del universo conocido. Uso la misma tactica que en el Kiabi, el paseo sospechoso y sin sentido que mosquea a los vigilantes. Despues de observar durante media hora unas zapatillas y comprobar que no tenian vida propia me decanto por ellas, talla 42, no me valen, busco tras ellas y el numero mas bajo que encuentro es el 40, dependiendo de la marca he llegado a usar desde un 38 a un 40, es lo que tenemos los "pies de angel". Me pruebo la 40 y me va bien, no lo pienso mas, las pago y me vuelvo a casa.



Lo paso fatal cuando tengo que ir a comprar, y peor cuando se trata de ropa. Soy un indeciso convencido, lo que en un momento me parece claro al instante siguiente es un no rotundo, ademas no es suficiente con mi propia produccion de sudor, no, tienen que subir la calefaccion en los probadores hasta el nivel de sauna nordica. El dia que necesite probarme unos abrigos tendre que llevarme unas botellas de agua para evitarme una deshidratacion.

No hay comentarios: