"En materia de amor y desamor somos como recién nacidos toda la vida"
Eduardo Punset
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Tras el fracaso de un matrimonio, y mas si ha sido largo y sufrido, es posible que necesite deshacerse de todo aquello que haga recordar la relación pasada, con una excepción, los hijos. Estos, como marca la norma no escrita, serán tratados como la bola metálica en una máquina de petacos, esta finde no me conviene, tenlos tu y te debo una, hasta que se hacen mayores y usan a sus padres como una peonza.
Rebecca Gibbs, oriunda de Nueva Zelanda, pensaba regalar el vestido de novia, pero le pareció mucho mas productivo usarlo de combustible en la chimenea de su casa, un día de ahorro en leña, que todo suma en estos tiempos de crisis.
Fabricó un cohete, del que se desconocen detalles técnicos, para deshacerse de su anillo de casada. Se conoce el nombre del artefacto, Gemma II, lo que nos hace suponer que hubo un primer intento fallido en el proyecto, también sabemos su color, era negro y tenía dibujado un corazón roto de color rosa, por lo que atendiendo al gusto cursi-decorativo podemos asegurar que no tendría ningún problema en volver a enamorarse y casarse, un corazón rosa, de pensarlo y visionarlo me chirrían los dientes.
Se conoce a través de algunos testigos que presenciaron el despegue y estaban atentos a la posible trayectoria descendente de la sortija, que el cohete exploto a cierta altura y que ninguno de los presentes localizó el anillo como recuerdo del espectáculo.Al día siguiente el anillo apareció en el escaparate de una casa de empeños, debido sin duda a la acción de un vecino con una vista de lince y una jeta de cemento armado.
Rebecca ya ha contactado con un grupo de ingenieros y no piensa escatimar en gastos, su próximo proyecto será un cohete de dimensiones sensiblemente superiores con el objetivo de poner en órbita a su ex suegra, de forma sorprendente el marido de esta ha donado una importante cantidad de dinero en el proyecto.
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