"En asuntos de amor siempre pierden los tímidos."
(Molière)
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Cuando uno esta enamorado puede hacer tonterías de las mas diversas, simplemente por ser visto o dejar constancia a tu amada de que existes, que es justo lo que quieres dejar de hacer cuando no te encuentras correspondido.
El caso que nos ocupa hoy es realmente de un marcado tono romántico suicida con el atenuante de enajenación mental constante. Hu Seng es un habitante chino enamorado hasta las ancas inferiores de una oficinista de la que no se nos ha facilitado ningún dato reseñable, ni tan siquiera su número de tinte favorito.
Hu quiso darle una sorpresa a su amada, los diamantes están muy vistos y las joyerías cada vez tienen mas medidas de seguridad así que su mente calenturienta y dispersa se puso a funcionar a su modo, buscando opciones igual de económicas pero menos delictivas, compró una caja de envío postal de tamaño unipersonal estilo acurrucado, averiguó la dirección de la oficina donde trabaja su querida y llamó a una agencia de transportes para realizar la recogida de un paquete muy pesado en su domicilio, ya se pueden ir imaginando hacia donde iría dirigido el paquete.
Llamó a un amigo para que le ayudara en su plan, para que cerrara la caja y la precintara a conciencia, con el dentro, que todo hay que explicarlo, no se sabe si el amigo estaba enamorado de la misma chica porque precintó el embalaje a conciencia, no dejando resquicio alguno a las moléculas de oxigeno, no entraban ni de medio lado. Llegó raudo el transportista a recoger el paquete y fue ayudado por el amigo de Hu debido al peso del mismo.
En las grandes historias de amor suele haber una nota trágica hacia el final de la trama, en este caso fue nada mas ponerse el transportista su cinturón de seguridad, una ráfaga de aire hizo volar la dirección escrita en un papel por una ventanilla abierta, el amigo de Hu ya no se encontraba a la vista del conductor, así que arrancó y decidió entregar todos los paquetes dejando a Hu en un rincón para devolverlo al final del reparto.
Parte del plan era que el amigo de Hu inmortalizara la reacción de su chica al recibir el paquete, para ello se acerco a las oficinas donde esta trabajaba y esperó, esperó mas tiempo aún, llamó a la agencia para preguntar por su envío y le explicaron el problema, habían perdido la dirección, les dio la dirección de entrega explicando lo urgente del envío, que era cuestión mas o menos que de amor o muerte, cuando los oficinistas empezaron a sospechar por su presencia allí. apareció el transportista arrastrando la pesada caja por el suelo reclamando la presencia de su destinataria final.
El amigo se disponía a disparar su cámara digital cuando la musa de Hu abrió la caja y dio un grito de horror, en su interior agonizaba por asfixia un loco enamorado de color amoratado que deliraba susurrando - A la mierda el amor, lo que necesito es aire -.
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