lunes, 14 de mayo de 2012

La selectividad en China sale por un pico

Cuando te dicen "estudia" puedes hacer dos cosas, una, la productiva, coger un libro, entenderlo y memorizarlo o dos, pegarte un buen festival hasta medianoche porque "es tu día".



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Los chinos tienen su selectividad, y la llaman el "Gao Kao", aparte de intentar sacar la máxima nota para estudiar lo que a cada uno le apetece, es una cuestión de honor en las familias chinas lo que hace  que la presión y la angustia sea superior a lo que conocemos en nuestro país, donde dentro de poco los estudiantes tendrán que hipotecar a sus padres o prostituirse para poder pagarse los estudios.

El indice de suicidios tras suspender este examen es elevadísimo. Se ha hecho público, que hablando de China es casi un milagro, que los estudiantes de un instituto en la localidad de Hubei se inyectan aminoacidos para aumentar su capacidad de estudio. El centro llegaba a suministrar los goteros y el material necesario para que lo pudieran hacer en el mismo aula y no tuvieran que perder tiempo yendo a la enfermería, parece que a China no han llegado los recortes en educación.

Fuente: EFE
Me ha hecho recordar a JV, un compañero de clase en mis dos últimos años de instituto, con su chupa, con su cigarrillo en los labios, con sus pensamientos profundos y sus patillas. Era un buen tipo, tranquilo y no muy buen estudiante. 

Teníamos un examen importante ese mismo día y nos explicó que se lo había tomado mas en serio de lo habitual, estudió hasta altas horas de la madrugada como nunca lo había hecho, abriendo el libro, desechó la escucha nocturna de clásicos habituales para el como los Ramones y una vez sintió que su esponjoso cerebro estaba empapado de la suficiente cantidad de conocimiento en la materia requerida se sintió realmente orgulloso de esa proeza. 

Para celebrarlo salió al balcón de su casa, totalmente tranquilo y seguro de su próximo éxito en el examen cogió un cigarrillo, le quito la boquilla... siguió manipulando el cigarrillo hasta convertirlo en un "cilindro fumable deliciosamente aderezado con hierbas aromáticas", acabó con el con tranquilas y simples bocanadas mientras observaba la ciudad. Cuando sintió que empezaba a quemarse las uñas dejó de fumar y  todo cuanto había estudiado salió de su cerebro como el humo se expandía por los tejados.

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