martes, 1 de octubre de 2013

Aceptamos abrelatas como material de oficina

Y en el octavo día, tras el de descanso, el Señor dijo tras un gran bostezo, dejad el canibalismo... y creó el abrelatas.
(P)

* * * * *

Cuando uno abre el cajón de la mesa de trabajo puede encontrarse cosas verdaderamente sorprendentes, en mi caso esta casi vacío, y a mi no me sorprende lo mas mínimo, una agenda, un par de protocolos de esos que no se usan nunca muy bien enfundados y un paquete de galletas que renuevo casi a diario. El resto esta sobre la mesa, un montón de folios a mi izquierda, otro a mi derecha y otro montón mas diversificado en el centro, tan diversificado que ahora mismo no sabría decirles exactamente el color de la mesa. También tengo gavetas, cuatro, por supuesto que también están llenas de folios. Tengo en mi puesto dos botes, uno de ellos para bolígrafos, lapiceros y portaminas, en este suele estar enganchado un metro enrollable, el otro bote es para herramienta mas "pesada", para el cuter, una pequeña regla metálica, la goma, grapas y clips. También hay un ordenador en el suelo, un monitor en una esquina de la mesa y un teclado a ratos tapado por los folios que lo inundan todo.

Mi compañero, justo el que tengo enfrente, que tiene la inmensa suerte de verme todos los días, ahora mismo no se exactamente lo que tiene sobre la mesa, pero si sé lo que tiene detrás del monitor, una lata de lentejas.

Esta lata de lentejas...


Ya la había visto varias veces, se que lleva años ahí, ni días ni meses, años, tiene mas antigüedad en la empresa que algunos de sus trabajadores. Así que en un momento de calentón le digo al compañero si no era hora de darle el finiquito a la lata y me contesta que "mira que eres raro ir a meterte con la lata, que mas te da", prefiero enfriarme y pasar del asunto.

Que me llamen "raro", pues vale, aunque prefiero que me clasifiquen como "no convencional", debe ser de lo mas normal tener una lata de lentejas tras el monitor, si no la tenéis es que sois muy raros, ya estáis tardando en ir al supermercado y convertiros a la religión de las lentejas catódicas.

Habría que estudiar de un modo antropológico esta cuestión, no debe ser superchería pues no vi aun colgando una lata similar en retrovisor alguno, miedo a una hambruna tampoco me parece, yo creo que el comportamiento de mi compañero esta mas enfocado al costumbrismo, la lata esta ahí, ni sufre ni padece ni crea molestia alguna.

Quizás el miedo atroz a una guerra, psss..., a saber, hay gente para todo, tampoco es que una lata de lentejas te asegure una supervivencia muy larga y mas si lleva años reposando, el oxido no perdona ni a las lentejas.

Lo mas divertido será el día que se decida a abrir la dichosa lata, me he cerciorado que no hay abrelatas en la oficina.

No hay comentarios: