lunes, 16 de julio de 2012

Overclock humano

Recuerdo que hace bastante tiempo, en un tiempo lejano en el que trabajar era sinónimo de futuro progreso existía entre algunos aficionados a la informática una práctica llamada overclock, esta consistía en aumentar la velocidad de un procesador por encima de su nominal. 

Por poner un ejemplo, usted compra un coche, en la ficha técnica del vehículo indica que este alcanza una velocidad máxima de 120 km/hora, pero como usted es humano lo saca del concesionario a 140 km/hora y conduce hasta la autopista para comprobar realmente que velocidad puede alcanzar con el y si la patrulla de la guardia civil que le esta persiguiendo logrará alcanzarlo. 

Normalmente el overclock acababa con el chip o procesador en cuestión envuelto en humo, ardiendo al rojo vivo o de una forma mas espectacular, un mini incendio que podía mitigarse fácilmente con un vaso de agua siempre que previamente el ordenador hubiera sido correctamente desconectado de la red eléctrica. Llegué a casa de un amigo y ya estaban enfrascados en el asunto, animándose los unos a los otros en darle mas velocidad al procesador, yo no sabía quien era el dueño del ordenador pero lo adiviné fácilmente, fue el único que no se rió al final de la práctica silicio-suicida.


Resulta que volvía de mi trabajo esta tarde, en dirección a casa he recordado lo que había sido mi jornada laboral y las últimas medidas del gobierno, he intentando adivinar las próximas y me he sentido un poco "overclockeado", casi siento los mismos síntomas, una calentura ascendente y olor a chamusquina, afortunadamente puedo seguir pagando el agua y una buena ducha al llegar a casa ha sido suficiente para volver a la temperatura normal y hacer desaparecer el olor a quemado.



Es presumible que los próximos días seguirán apretando los tornillos un poco mas y el final ya se lo he explicado, coja un vaso y llénelo de agua por si acaso.

* * * * *

Faltan cuatro madrugones, treinta y seis horas que serán ampliadas inevitablemente, cuarenta y tres exabruptos, quince intentos de homicidio por vía telefónica y un centenar de correos electrónicos de dudosa calidad artística para lograr mi objetivo mas cercano, las vacaciones. Diez días mas tarde llegará el siguiente objetivo, conquistar mi trocito de Berlín.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguro que aún pillamos un cachito de muro MJ