Hace quince años, en un pueblo de Alaska, se celebraron unas elecciones para elegir alcalde, se presentaron varios candidatos y ninguno de ellos fue elegido. En un pueblo de 900 habitantes es difícil engañar por la proximidad de todos los vecinos, no es que en el pueblo haya una gran vida social, estamos hablando de Alaska, no creo que haya plaza del pueblo donde reunirse y tomarse un refrigerio, en todo caso los calditos se los toman cada uno en el calor de su hogar.
La desconfianza total llego al comenzar los discursos de los pretendientes a un sillón con ruedas desvencijado en la oficina municipal, un político se presento con pasamontañas y el otro con una escopeta recortada mal disimulada bajo un brazo, en fin, quiso la suerte que un gato llamado Stubbs pasara justo en el momento de la decisión final persiguiendo un ratón reumático bajo la tarima de oradores. Sobre las cabezas de el público asistente se encendieron multitud de bombillas a las que en contra de toda lógica no llegaba fuente de energía alguna y se mantenían suspendidas manteniendo una seria disputa con las leyes físicas, al contrario que se hace en otros países supuestamente democráticos como el nuestro, se decidió no elegir a ninguno de los delincuentes presentados, el público congregado quedó convencido de que aquel gato que ronroneaba de una forma tan convincente tras perder a su presa entre una multitud de sillas era el mejor candidato que tenían ante sus ojos y fue elegido alcalde.
En quince años de mandato el municipio no es que haya mejorado mucho, pero tampoco ha empeorado lo suficiente para estar descontentos con el felino, el cual se muestra al menos bastante cercano a los ciudadanos que depositaron su confianza en el, se pasa todo el dia en la tienda del pueblo observando el devenir de la gente y mostrándose preocupado, siempre de la forma en que puede hacerlo un gato, de los problemas cotidianos, aunque tampoco tenga muy claro que tenga que solucionarlos o que este en la obligación de hacerlo, ni siquiera sabe si recibe alguna contraprestación aparte de el pienso de buena calidad y un gran cuenco de leche fresca todos los días.
Quizás sea una lección a aprender, si no nos gustan los políticos que tenemos podríamos probar a presentar nuestras mascotas en próximas elecciones.
Mi candidato para las próximas elecciones municipales es el hamster de mi hermana, es decir, propiedad de mi hermana, de nombre Guinnes, siguiendo la tradición cervecera que siempre ha estado muy presente en la jaula que habita, lo que es seguro es que no nos va a robar ni va a tomar malas decisiones, también es verdad que ni buenas, podríamos decir que tendrá un balance de decisiones equilibrado. Económico es un rato largo, se conforma con comida mixta hacendado y bebe gota a gota demostrando una eficiencia y un ahorro del consumo de agua indiscutible que gustara a los votantes ecologistas. Es bastante plácido y no es muy exigente, igual se come un grano de maiz que una pipa.
Solo tiene un pero, ganas de trabajar, lo que se dice realmente ganas de trabajar, tiene mas bien pocas...
Sshh, el señor alcalde esta durmiendo |
... nadie es perfecto, ¿o acaso tiene usted un candidato mejor a cualquier puesto político?
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