Estaba yo viendo la televisión mientras cenaba, algo poco saludable, el ver la televisión por supuesto, que mejor que la televisión para estropear la digestión y el intelecto aunque quede poco. Sigo con mi disertación, estaba viendo un espacio de noticias en una cadena que no viene a cuento y dentro de las noticias esos minireportajes de relleno, un investigador sueco que habla perfecto español se ha llevado a un grupo de personas al campo, concretamente a un bosque de Cataluña, no han dicho la localidad, pero seguro que estará bien comunicado, para realizar un estudio y defender que la vida moderna ha desactivado nuestras defensas naturales, con un simple clic y con la ayuda de las farmacéuticas.
Para darle un poquito de bombo al audiovisual, la presentadora muy guapa y muy exagerada lo presentó como "una vuelta a la prehistoria para olvidar el estres" y consiguió el resultado que buscaba, al menos llamo mi atención. En escasos 2 o 3 minutos de reportaje han salido los escasos participantes, a los que previamente se les había diagnosticado problemas de estres y exceso de peso en los bolsillos realizando diversas tareas como auparse de una forma muy poco estilista para conseguir alcanzar los frutos de un árbol, al método serpiente, ese en el que una vez tienes a tu compañero de hazañas sobre tus hombros te viene la flojera y lo único que consigues es balancearlo sobre ti hasta que sin remedio das con el en el suelo y con tus dientes buscando petroleo. También habían conseguido cazar jabalís, supongo que a palos o de aburrimiento tras dictarle alguna doctrina hippie y pescar en un río con la ayuda de una camiseta, a la legua veían los peces que no era de su talla así que tuvieron que conformarse con los frutos del árbol y el pobre jabalí, de la bebida nada se ha visto ni dicho. Como si lo viera, fue decir el operador de cámara - "¡En cinco minutos empiezo a grabar!" y al momento encontrarse el estres convertido en un movimiento electrizante de cinco personas, escondiendo latas de refrescos bajo la hojarasca, un paquete de tabaco en un nido, pilas de tuperware llenas con el esfuerzo y cariño de madres que no entienden a sus hijos tras un tronco grueso, apagando los móviles velozmente y siendo lanzados estos de forma precisa y enérgica fuera del plano de visión de la cámara.
Conforme se iba desarrollando el reportaje me fui fijando en algunos detalles, no me acabo de creer lo del jabalí sabiendo como se las gastan, lo bien que vestían en la prehistoria, el plástico de color azul intenso sobre el que dormían, desconozco que dinosaurio pudiera tener ese pelaje y esa textura, ¿Quizás un glam-dinosaurio como David Bowie?. También los veía capacitados para inventar la rueda, ni el fuego con la ayuda de un mechero.
Donde este la verdadera prehistoria, como nos la han enseñado de toda la vida, la de Raquel Welch, que se quiten estas pamplinas. Esta si era una Señora Prehistórica
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