sábado, 14 de mayo de 2011

¿Quien necesita un manual?

Manuales, no me refiero a la practica de ejercicios onanistas, me refiero a esos panfletos y minilibros incluidos en las cajas de electrodomesticos y utensilios que no parecen necesitarlos. Ya no eres un electrodoméstico de pedigrí si no tienes tu propio manual.

Se por mi trabajo que es ilegal vender cualquier producto electrónico sin su manual en español, aunque sea con normas ortográficas chinas. El españolito ávido en la busqueda de fallos legales que le puedan hacer sentirse satisfecho de su inmensa sabiduría no dudara en hacer saber sus infinitos derechos ante un dependiente de centro comercial que le triplica en Masters y licenciaturas, que ya quisiera ser mileurista, cuando el manual no aparezca, y tambien tendrá la suficiente sagacidad como para poner en marcha un supermegatelevisor de tropecientas pulgadas y media sin abrir la bolsa que contiene las instrucciones de instalación y uso. Un dolby surround que sufriran veinte vecinos a la redonda y una nitidez de imagen espectacular que ya quisiera la Nasa para sus telescopios, ideal para ver un partido de futbol, las gotitas de humedad sobre el cesped y los pelillos de la nariz a los futbolistas, alta definición capilar.

- Mira Mari Puri, que ganga, ahora podemos seguir atontandonos, ¡Pero a lo grande! .
- ¡Ay, mi Joselito!, tu si que sabes lo que es ahorrar, recuerda que tienes que ir mañana a fichar al paro.

Joselito abre la caja y va directo a la cuestión básica, no le parece muy díficil y piensa que la partida de domino en el bar no sera sacrificada. Mari Puri conocedora y temerosa del poco conocimiento de su Joselito se acerca a supervisarle disimuladamente, barriendo exactamente por el mismo sitio que lo hizo media hora antes. Colocado el televisor en la posición correcta gracias a que venia con el soporte instalado, Joselito solo tiene que enchufarlo y lo hace orgulloso, hinchando el pecho, alzando el mentón, coge el enchufe y lo encaja en el lugar apropiado, que Joselito no es muy inteligente, vale, pero hizo muchos puzzles de pequeño. La televisión hace todo lo demás, se autochequea, busca los canales, solo le falta dar las buenas tardes y servir un café. El matrimonio se planta frente al televisor, mudos, hipnotizados por la nitidez de la imagen, fascinados de descubrir que los famosos también tienen granos en la cara. Ella cuenta las capas de maquillaje e intenta adivinar el numero de tinte de Teresa Campos mientras el esta deseando ver aparecer a Pilar Rubio y que llegue la hora del partido. La mujer de repente se siente extraña, es todo tan perfecto que seguro que le va a durar poco o falta algo, tuerce el gesto y arquea una ceja, baja la mirada al suelo y observa recuerdos de bautizos, comuniones,bodas y viajes, souvenirs de dudoso gusto que reposaban sobre la antigua televisión, mucho mas robusta y mucho mas fiel que la actual. Joselito deseoso de escaparse al bar esconde disimuladamente la caja de embalaje tras una cortina. 

- Antes de irte al bar quiero que pongas los recuerdos en su sitio, me voy a comprar. - Ordena la mujer
- ¿Seguro que no quieres tirar ninguno? .- Su esposa, muy educada e indignada ante la pregunta decide insultarle con la mirada y el rápidamente baja la vista hacia el suelo como si estuviera buscando algo, la partida en el bar tendrá que esperar.

Un largo rato después Joselito esta sudando, hablando solo, se oyen caídas de objetos al suelo repetitivas y sin pausas. La mujer vuelve de la compra, observa a su marido y piensa, tantos novios en el pasado y tuve que elegir a este.

El hombre de la casa entre sollozos de impotencia delata la cuestión que le corroe a su sufrida esposa.
- Tengo un problema con la gitanilla y el toro.... y ya no llego a la partida del bar.
- Ya veo, ¿has probado a leerte el manual del televisor?



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