jueves, 28 de abril de 2011

Los paraguas no son para semana santa

Plástico como casi todo lo que nos rodea, tanto en la empuñadura como en el extremo y la superficie, con un armazón supuestamente metálico, plástico y metal con aleación de mantequilla, esto es en resumidas cuentas un paraguas en la actualidad. Muy útil los dias de lluvia, que para esos dias fue inventado, siempre y cuando no sople el viento, si sopla el viento te vas a mojar aunque lleves una sombrilla de playa, que ademas pesa y cala el agua. Mójate y deja el paraguas en casa si no quieres jubilarlo anticipadamente o involucrarlo en un ERE ilegal de los que ahora se llevan mucho por Andalucia. El paraguas, espada improvisada en el colegio, mudo testigo de conversaciones secretas entre espías durante la guerra fría,  tierno refugio de besos cuando es compartido y violento cuando se enfrenta a otro por la posesión de una acera estrecha, cuerpo a cuerpo, varilla contra varilla. 

Admito que no cojo el paraguas aunque estén lloviendo chuzos de punta, que habría que aclarar que son los chuzos, el dia que caigan ¿como se les diferencia de el granizo o de las ranas?, que lo sepan, también hay lluvia de ranas, al menos en una localidad de nombre impronunciable de Hungria.. Puestos a llover, podrían llover galletas de chocolate, también me dejaría el paraguas en casa, pero saldría a la calle con un cubo en cada mano y mirando al cielo con la boca abierta.



El fuerte viento esquilmo en buen numero la población de paraguas durante la semana santa, descoyuntados los huesos metálicos cuando no simplemente torcidos y cercanos al punto de rotura establecido por la dirección de la fabrica, donde fueron diseñados y ensamblados utilizando en cada producción un metal cada vez mas ligero, cosas de la crisis y de la competitividad. Las papeleras se llenaron de cadáveres de plástico tras un funeral rápido y poco digno, otros tuvieron menos suerte y acabaron arrastrando sus inertes cuerpos por el asfalto durante la noche, recibiendo burlas y puntapies de jóvenes sin escrúpulos ni respeto por los servicios prestados.



Ahora mismo esta lloviendo y me parece un verdadero placer verlo tras la ventana y escuchar su sonido, y si es acompañado de truenos mejor aún, me encanta la lluvia y no me molesta lo mas mínimo mojarme con ella, ademas, me acabo de dar cuenta que no tengo paraguas, ni falta que me hace.




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