martes, 29 de noviembre de 2011

El estrés o cualquier otro número que se le ocurra

Es conocida la frase de la película "La noche se mueve", "Una vez vi una película de Rohmer, era como ver crecer la hierba", en realidad es una licencia del traductor, lo que veía realmente era la pintura secarse. 

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El miércoles pasado durante mi jornada laboral tuve ganas de matar, asesinar, eliminar del censo municipal o dar de baja en la seguridad social a unas cuatro personas, el jueves fueron seis veces y el viernes tres, una con ensañamiento, ya saben, aquello de las cincuenta puñaladas que no son ensañamiento porque la victima murió con la primera y no se le pudo oír quejarse . Hoy ha mejorado un poquito la sensación de estrés laboral, me hubiera conformado con unas dislocaciones de hombros, alguna patada en la entrepierna y un par de collejas.


Tengo que encontrar la forma acabar con el estrés, he pensado en una pelota de goma, estrujarla y soltarla con una mano, una y otra vez, pero se que acabará golpeando la cabeza de algún compañero, no hay remedio. El tai-chi podría ser una solución pero mi jefe vería mal la practica durante mi horario aunque subiera la moral de mis compañeros, mientras hiciera tai-chi ellos se sentirían mas seguros y sonrientes, seguro.

Quizás tome ejemplo de un simulacro realizado por seis voluntarios consistente en convivir durante 520 dias en la nave Mars500. Se trataba de convivir en un espacio reducido durante el tiempo que dura un viaje de ida y vuelta a Marte. Una convivencia entre seis personas de distintas nacionalidades aisladas del mundo como el jamón, el york y el queso guardado en un tupper en cualquier nevera, que remedio quedaba que buscar soluciones, a ver quien es el guapo que se baja en marcha. ¿Cuando sales de una nave espacial durante un viaje estelar?, ¿Te bajas? ¿Te subes? ¿Te vas a un lado? ¿Al contrario?, no, directamente te vas al "otro lado", (este chiste no debe puntuarse en Bitácoras, me podrían dar de baja por pésimo).

El italiano dijo que lo peor fue al principio y que la ausencia de mujeres se hizo pesada, puntualizando que no era solo por una cuestión de sexo, "aunque hacer el amor con mis compañeros no es lo mismo que con mi churri", el muy macarrón. Además de realizar multitud de pruebas científicas, como enseñar a saltar a la comba a unas hormigas o hacer un torniquete a un gusano como experimento fundamental en el área de la medicina, los seis tripulantes del viaje a Marte mataron el aburrimiento y las ganas de matar, valga la redundancia con videojuegos, ajedrez, naipes, ejercitándose en el gimnasio y tocando instrumentos musicales. El chino tocó la guitarra hasta que no tuvo mas remedio que ponérsela de sombrero al ingeniero francés tras insistir este durante veinte días que por muy grande que fuera la muralla china, es mentira que se viera desde el espacio y que la torre Eiffel era mucho mas bonita y se conservaba mucho mejor. Tras el incidente de la guitarra el astronauta chino busco la calma mediante la caligrafía tradicional de su país y hubo también quien practicó la meditación rellenando unas quinielas. También intentaron aprender chino pero el chino perdió la paciencia a la media hora de la primera clase.



Por si fuera poco, durante el experimento tuvieron que pasar varias pruebas al estilo "gran hermano", un corte de luz que solucionaron hábilmente con una "tirita eléctrica", una avería en los retretes que el ingles subsanó con una rápida y eficiente llamada a una empresa de urgencias desde su móvil, la mas dura, una semana entera con las comunicaciones suspendidas sin poder hablar con sus familiares y la imposibilidad de mandar SMS y un accidente con lesiones al descender a la superficie de Marte, olvidando que se encontraron durante los 520 días en la Tierra, los muy cafres se lanzaron en plancha pensando que flotarían en el aire. Fue duro pero a ninguno, dicen, se les pasó por la cabeza abandonar. Les costó mucho ser seleccionados y han recibido unos 70.000 euros por cabeza.

Creo que encontré al fin una solución al estrés en otro experimento científico, "El proyecto Edén de Cornwall", básicamente es meterse en una urna de aproximadamente tres por cuatro metros cerrada herméticamente y llena de plantas, excluyendo el cannabis por aquello de la tentación y las carnívoras por aquello de la propia seguridad. El fin de este proyecto es demostrar que puede mantenerse vivo gracias al oxigeno que producen las plantas, algo que ya nos enseñaron en la EGB pero algunos parece que han olvidado. Este si que es un experimento válido para curar el estrés, horas y horas viendo crecer las plantas y la hierba o como último antídoto visionar una película de Eric Rohmer.


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