Tennesse Williams
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Lo de los políticos en nuestro país es para empezar a pensar en sacar la guillotina a pasear por las calles.
Hace un tiempo Jordi Pujol heredó de su padre una cantidad importante de dinero, curioso es que la fortuna de su padre siempre estuvo bajo sospecha, ¿a que se dedicaba su padre?, empresario experto en evasión de impuestos, le gustaba coleccionar billetes, monedas y otras mandangas. De lejos le viene a la estirpe Pujol lo de evadir dinero para ahorrarse los impuestos patrios.
Y lo admite todo en una carta, admite haber tenido 34 millones de euros, lo que hereda cualquier hijo de vecino fallecido, escondido en Suiza, en Andorra y en un baldosín de la cocina. Afirma también que esta regularizando la situación, que no llegó a tiempo a la amnistía fiscal del gobierno de Aznar, porque no le vino bien en ese momento y que tenía otros asuntos mas productivos que atender, como la desidia y la codicia mas absoluta, ahora no me viene bien oiga, que estoy ahorrando un pastizal y me están dando unos intereses cojonudos.
Que me perdone el honorabilísimo Jordi Pujol por llamarle cinico, embustero y mentiroso, que casi viene a ser lo mismo, pues estuvo ofreciendo entrevistas donde afirmaba no tener dinero fuera del país y diciendo que todas las acusaciones eran falsas. Perdóneme Señor Jordi, y pelillos a la mar, que con pedir perdón se soluciona todo, desde una multa de tráfico hasta cualquier desliz con Hacienda, prueba a no pagar, simplemente pide perdón, ya veras como no te pasa nada.
Ahora a ver a que altura estamos como país, si después de admitir un delito no le pasa nada, ya me explicaran que confianza se puede tener en nuestras instituciones.