lunes, 18 de noviembre de 2013

El secreto de Camps es su vídeoportero

- Cariño, el vídeo portero me hace gorda.
- Que no Rita, que no estas gorda.
- Estoy cogiendo complejo, Paco ¡Quiero que quites el videoportero ahora mismo!
- Tranquila cariño, te lo voy a explicar una vez mas, este artilugio es vital para nuestra supervivencia.
- ¡Venga ya! ¿Te crees que voy borracha?, solo voy por el quinto Gin Tonic.
- Mira, ¿ves esos dos señores que están tocando el timbre?
- Si
- ¡Pues precisamente por eso no voy a quitar el maldito videoportero! y ¡Si! ¡Estas gordísima!

(P)

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Es bastante común que nos toquen el timbre de la puerta con la esperanza de que la abramos, ¿que otro sentido tendría sino ir hasta tu casa para ir a pulsar precisamente el timbre de tu puerta?, no es un nuevo tipo de rara religión, para algunos es mera supervivencia y extrema necesidad. 

Aun así, hago como la mayoría, previo aviso sonoro me acerco sigilosamente a la puerta y miro por la mirilla,  no me suele interesar lo que veo y no abro, a veces es necesario ir muy despacio para no hacer ruido, tanto que alguna vez, al llegar a asomarme, el presunto intruso ya se ha ido a incordiar otros pisos. Suelen ser comerciales mas o menos profesionales que intentan venderte un nuevo contrato de electricidad, gas o teléfono, ofrecen seguros o insisten en que cambies de religión, para estos últimos casos la frase "en la religión que profeso actualmente sacrificamos a los vendedores a domicilio" es infalible para reducir la estancia del charlatán frente a nuestra puerta.

El señor Francisco Camps tiene el mismo problema que la mayoría de nosotros, también van a su puerta a tocarle las campanas, en realidad su problema es peor, a su puerta van los mismos que a la nuestra pero sumándole alguna que otra pareja de la policía judicial intentando entregarle la notificación que le obliga a acudir al juzgado ante el juez Jose Castro, a declarar sobre el caso "Noos". 


La comitiva judicial tiene incluso un teléfono de contacto para citar a Camps, pero, tras descubrir que una persona al otro lado de la línea les insistía en que tenían el teléfono confundido, desistieron de seguir llamando, aun sospechando que quien contestaba era la misma persona poniendo distintas voces, abarcando desde una voz decrepita de ancianita hasta una infantil de niño insolente.

Aun tiene Camps la inmoralidad de, en unas declaraciones a Europa Press, indicar que le extraña mucho esta situación porque el se ha encontrado todo el fin de semana en su domicilio particular, haciendo vida normal, es decir, jugando a la Play con Urdangarín, tomándose unos Gin Tonics con Rita Barbera y pendiente del vídeo portero por si pudiera aparecer alguien y aguarle un tranquilo fin de semana, el vídeo portero, ese gran invento que sirve para filtrar las visitas indeseadas.

Lo siento Señor Castro, hasta que al señor Camps no se le estropee el vídeo portero lo tiene crudo, si es posible le pido paciencia, no se le ocurra dejar este asunto en juez valenciano porque entonces es posible que sea usted el que acabe juzgado.

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He escrito varias veces "videoportero" y otras "vídeo portero", me daba pereza buscar en Google, cojan la opción que les guste y piensen o que me equivoqué o lo hice bien la mitad de las veces, lo que no pueden negar es que le doy total libertad para ponerme a caer de un burro o a colocarme en un pedestal.

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