lunes, 4 de marzo de 2013

La multa que no fue y la que tenía que haber sido

Oh, uo oh oh, I got a love that keeps me waiting
I’m a lonely boy

The Black Keys



* * * * *

Hace unos días intentaron entregar una carta certificada en casa de mi hermana, como no estaba dejaron una notificación para pasar por la oficina postal correspondiente a recogerla. Durante el día que pasó hasta recogerla tuvimos tiempo de pensar en el contenido u objetivo de dicha misiva ya que el destinatario indicado era algo confuso, lo primero en que pensamos era en una multa, luego seguimos pensando en concursos, y lo mas inverosímil, en una oferta de empleo, no nos culpe, tenemos mucha imaginación.

Al día siguiente mi hermana se desplazó hasta la oficina indicada a recoger el enigmático sobre, cuando llegué a comer ese día a su casa me fue desvelado el misterio, era una multa.

¿Y que has hecho?, nada, me contesto, fíjate bien. Cogí la multa y vi que era del Ayuntamiento de Barcelona, que era por exceso de velocidad y que incluía una foto del vehículo cazado.

¿Cuando has estado en Barcelona?, no he estado nunca en Barcelona... fíjate en la foto. Era un coche de color claro por lo que se podía adivinar en la foto hecha en  blanco y negro y la matrícula diferia de la del coche de mi hermana por una letra, ademas, el coche de mi hermana es de color negro, del tipo negro oscuro, negro azabache o como dirían algunos puristas negro como el culo de un mandril.


Alguien debió teclear a toda velocidad con el ansia de la recaudación insuflándole presteza que no destreza a unos dedos ávidos de contar billetes. Un error que hizo que mi hermana tuviera que perder el tiempo, primero en recoger la carta certificada y luego volver a perderlo yendo a su seguro para que le anularan una multa que evidentemente no era para ella.

Días mas tarde realice una visita a una bodega en la localidad de Enguera, en el viaje de vuelta fuí avisado por mis compañeros de viaje de que el conductor de el coche que estaba adelantando estaba cepillándose los dientes. No corría riesgo de ser multado por que lo hizo mientras conducía a 100 kilómetros por hora en plena autopista, el código de circulación no prohíbe los buenos hábitos higiénico bucales, el verdadero problema de esta situación es el siguiente, ¿Como consiguió enjuagarse la boca?.