Observación de comportamiento canino
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Esta es una historia verdadera, se abre el telón.
El saleroso y espléndido Rodrigo Rato tenía un cojín roto, de los de tela y espuma en su interior, mentes sucias, lo llevó a una tienda de remiendos varios y como es persona cauta y muy mirada por el dinero propio, que no el ajeno, pidió presupuesto. La dueña de la tienda le dio un presupuesto de 20 euros por coserle el cojín, pago en efectivo, nada de tarjetas opacas.
Rato salió de la tienda con el cojín sin aceptar el presupuesto, supongo que lo que hace la gente es mirar por el dinero y buscaría alguna tienda donde le dieran un presupuesto mas barato, quizás busco algún establecimiento donde le pagarán a el por remendarle el cojín, ¿que tienda no querría ese discutible honor? hay gente que esta acostumbrada a ciertas cosas y vive en mundos paralelos, una persona que ha sido ministro, miembro destacado del FMI, presidente de un banco y atracador de tarjeta, tiende a ser disfuncional con la sociedad en general y alcanza a vivir en los mundos de Yupi.
Tras vagar por ahí y consultar diversos establecimientos del gremio de cosedores de cojines volvió a la primera tienda visitada, la dueña del local se encontraba ausente y cerro temporalmente, así que el señor Rato dejó el cojín apoyado sobre la puerta, es un señor que siempre va con prisas, cuando no tiene un juicio tiene un careo.
La costurera regresó a su tienda y encontró el cojín apoyado sobre la puerta.
Esto ocurrió en Agosto.
Cogió el cojín, que podía haberse llevado cualquiera que pasara por allí, no se lo llevo nadie, lo cual dice poco en favor de la belleza del mismo.
Cosió el cojín, a pesar de que no tenía orden expresa de hacerlo, quizás Rato pensó que un presupuesto aceptado por telepatía es suficiente aunque en la mayoría de establecimientos esta forma no es aceptada.
Una vez cosido el cojín y pasados unos meses sin recogerlo su dueño, la dueña del local lo dejó junto a un contenedor de recogida de ropa de una ONG.
Cuando nadie lo esperaba Rodrigo Rato apareció en la tienda y puso a caer de un burro a la dueña de la tienda, ahora le reclama 380 euros por el cojín al establecimiento, sin recibo de depósito, sin documento alguno, sin vergüenza y sin coj.nes.
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