viernes, 21 de diciembre de 2012

Un final del mundo bastante decepcionante

Al acostarme por la noche ayer lo hice con la ilusión de que al despertarme habrían desaparecido todas las personas malvadas del mundo, que todas las guerras habrían terminado en empate y que la paz tanto de espíritu como sonora reinaría en todos los rincones del planeta. Todo esto al precio de unos inconvenientes  sin mucha importancia que no vienen al caso discutir.

Nada de nada, los malvados seguirán correteando libres o sentados en escaños, la gente seguirá sacándose los ojos por un mendrugo de pan o por insultarse los dioses mutuos y el gangnam style seguirá sonando por doquier.

Con el café con leche en la mano me asomé al balcón, el cielo medio cubierto y grisaceo nada de rojo chillón apocalíptico, los niños (algunos felices pensando que sería su último día de obligaciones escolares) entrando en el colegio acompañados de sus padres y los semáforos marcando el paso a los trabajadores en busca de su puesto laboral.

Aun quedan horas para que finalice el día, aun hay tiempo para un terremoto magnitud 27, que a algún distraído y somnoliento becario ucraniano se le caiga la taza del café sobre un botón nuclear o que algún alienígena infiltrado entre los invitados a un programa de Telecinco se tire un pedo de dimensiones cósmicas planetarias. Así que de vez en cuando me asomo a la ventana para ver si hay alguna novedad, no estaría bien despistarse y perderse un suceso histórico de tal magnitud. Ademas tengo todo el día para perder el tiempo a mi gusto, es lo que tiene un día de vacaciones, así que lo estoy haciendo leyendo a Terry Pratchett, si me pilla el fin del mundo al menos que lo haga con una sonrisa en mi cara.

Os dejo una recopilación de imágenes sobre el tema, nada serias por supuesto.







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