Ya escribí hace tiempo sobre el cine D'Or, un cine de reestreno de Valencia, sobre la posibilidad de ver dos películas a un precio reducido, hoy he ido a ver una película, que no sale tan rentable como ver dos pero aun así sigue siendo mas económico que ir a ver cualquier pelicula en cualquier otro cine convencional.
He visto "Vivir es fácil con los ojos cerrados", y me ha gustado a pesar del ruido reinante en la sala, una de las cosas que mas me exaspera y me irrita es no poder ver una película en completo silencio, ¿tan difícil es mantener la boca cerrada y estarse quieto?, son todo ventajas, no desgasta ni un musculo, ahorras energía y evitas un posible atentado a tu integridad física en la oscuridad de la sala.
Por "suerte", durante la proyección "solo" ha sonado un móvil, justo una mujer detrás de mi, toda la sala hemos podido escuchar la melodía de la llamada entrante pero nos ha costado mucho mas enterarnos de la conversación pues la ha mantenido discretamente por susurros, otra señora, sentada delante a mano izquierda mantenía una furiosa pelea con una bolsa de plástico llena de viandas, supongo, no debió comer mucho hoy pues se ha pegado una frugal merienda durante gran parte de la proyección, no queda ahí la cosa, en las butacas de delante, esta vez tirando a la derecha, una pareja hacía exaltación pública de su amor, estuve a punto de realizar una colecta entre los espectadores para comprarles una noche de hotel, no se si se habrán enterado de la película, supongo que pensaron en el cine como algo romántico, como un lugar íntimo, pues hoy no era el día, el cine estaba lleno, a la pasión no le faltaron espectadores, quizás hasta estuvieran presentes la esposa de el y el marido de ella, cuarenta y cinco minutos antes de empezar la sesión todas las entradas estaban vendidas. Por suerte tenía previsto dar un paseo por los alrededores y pude adquirir mi entrada con antelación.
Hacía mucho tiempo que no vivía esta situación en un cine, una cola enorme de gente que tuvo que buscarse otro entretenimiento para esta tarde y otra cola para entrar con la entrada previamente adquirida. Al terminar la película la misma historia, una cola que abarcaba la manzana. Hace años esto era lo habitual, cuando ibas al cine ya ibas predispuesto y mentalizado de que no te librabas de la cola para comprar entrada.
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